FILOSOFIAFEROZ

FILOSOFIAFEROZ
APUNTES DE FILÓSOFOS IMPRESCINDIBLES

domingo, 26 de enero de 2014

Una pequeña presentación



por Fernando Savater

Es probable que buena parte de los lectores menores de treinta años, que alguno habrá, no tengan hoy mucha idea de quien era Paul K. Feyerabend. Y sin embargo fueron precisamente los jóvenes quienes le hicieron popular y notable en su día, aunque tal día de esplendor, ay, llegó a su fin hace casi veinte años.

Feyerabend nació en Viena en 1924 y al principio se interesó sobre todo por el teatro y la música. Al estallar la guerra mundial se incorporó a las SS y llegó al grado de teniente (lo cual no debía producirle ningún problema moral, porque como él mismo se encargó de aclarar después ninguna ideología es intrínsecamente buena o mala, lo único que puede decirse es que unas gustan a la gente más que otras. Y añade: "En lo que a mí concierne, no existe diferencia entre los verdugos de Auschwitz y esos benefactores de la humanidad", entre los que incluía a educadores, intelectuales, médicos, etcétera). Acabada la guerra se doctoró en filosofía y siguió los cursos de Karl R. Popper. Después, gracias a la ayuda de éste, fue profesor en la Universidad de Bristol y luego en otras varias de Inglaterra, Estados Unidos y Alemania.

Simpático, extravagante y seductor, alcanzó notable presencia mediática a través de sus libros, conferencias y apariciones en televisión. Contó con desparpajo su vida en unas memorias de título excelente: Matando el tiempo. Finalmente, ya cercano a los setenta años, se jubiló de sus tareas académicas y se disponía a disfrutar de sus ahorros, tumbado al sol -cosa que le encantaba- junto a su última mujer, cuando se le declaró un tumor cerebral y se murió. Cosas que pasan.

La obra más célebre de Feyerabend y el núcleo esencial de su mensaje teórico, que repitió en todos sus demás escritos de un modo u otro, esContra el método . Allí arremete contra la tiranía de nociones como "verdad", "objetividad" y "razón", que son el corsé dogmático que oprime a la gente y a su manera de ver el mundo.

El principal objetivo de su diatriba es el supuesto "método" que los científicos deben seguir para alcanzar sus conocimientos y establecer sus teorías, sobre el que tanto escribieron su maestro Popper, su compañero y amigo Imre Lakatos. Ese método debe seguir algún tipo de orden expresado en reglas, leyes o principios de validez general, lo que a Feyerabend le parece ni más ni menos que un "cuento de hadas".

Para él, que se declara "anarquista epistemológico", no hay ningún método especial que garantice el éxito científico o lo haga más probable. Todos los llamados principios o leyes de la naturaleza son establecidos de modo ideológico, puramente social, a fin de cuentas por votación... como el resto de las leyes que padecemos. La realidad es que todo vale, tanto en ciencia como en ética o política, y los razonamientos que hacen plausible lo que quiere imponerse al público son meras estrategias de venta al por mayor, como las de la publicidad. Es evidente que Feyerabend fue un heraldo vanguardista de lo que luego se ha llamado 'posmodernidad', aunque los principales representantes de ésta hayan después limado y adecentado los aspectos más truculentos o provocadores del discurso del vienés.

Parte del prólogo de Galileo en el infierno. Un diálogo con Paul K. Feyerabend, de José Luis González Recio y Ana Rioja Trotta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario